Preocupa el freno a las inversiones inmobiliarias en Entre Ríos

A diferencia de provincias vecinas como Corrientes o Santa Fe, que tienen una mejor situación financiera, Entre Ríos necesita con urgencia dinero que ingrese a la matriz productiva. Así lo sabe el gobernador Rogelio Frigerio, aunque algunos de sus aliados parecen estar jugándole en contra.

En sintonía con las ideas libertarias, el gobernador confía en el aporte clave del sector privado para promover la producción y el empleo. Sin embargo, hay un sector en el que esa ecuación está siendo frenada por intereses corporativos: el real estate. La política antifranquicias y antiredes que desde hace años mantiene el Colegio de Inmobiliarios de Entre Ríos, comandado por María Paula Armándola (heredera de la línea que comenzó su padre José María), resulta ahora un verdadero problema para los planes de Frigerio en la provincia.

“Entre Ríos expuso proyectos innovadores, oportunidades concretas de desarrollo, ubicaciones estratégicas e inversiones inmobiliarias, en el marco de los lineamientos del gobernador Rogelio Frigerio y del secretario de la Gobernación Mauricio Colello, orientados a fortalecer la articulación público-privada, acompañar a las inversiones y facilitar los trámites para su concreción”, indicaron desde el gobierno provincial tras la última Expo Real Estate.

Según sumaron, hubo “muchas consultas e interés por las inversiones que se pueden hacer en la provincia”, que cuenta con el estímulo del Régimen de Incentivo a las Nuevas Inversiones (RINI). Esta ley otorga exenciones impositivas por 15 años en Ingresos Brutos, Impuesto Inmobiliario e Impuesto Automotor de vehículos afectados a la actividad, además de tarifas diferenciales en energía eléctrica.

Sin embargo, el Colegio de Inmobiliarios –que también estuvo presente en la Expo– aparece como una suerte de “enemigo interno” del gobierno de Frigerio, preocupado, entre otros frentes, por una histórica caída en la recaudación.

Según el último informe sobre el mercado de trabajo, Entre Ríos se mantiene por debajo del desempleo promedio en el país, que fue del 7,9% en el primer trimestre de este año. Sin embargo, creció en Concordia y en Paraná, los dos centros urbanos donde mide el INDEC. En la ciudad de la costa del Uruguay llegó a 7,6% y en la capital provincial a 4,5%, con subas interanuales en ambos casos.

En ese contexto y con creciente interés de varias marcas vinculadas con el sector inmobiliario por desembarcar en la provincia, el enfoque monopólico del Colegio de Inmobiliarios que lidera Armándola resulta un punto de conflicto en aumento. Desde el gobierno entrerriano saben que se trata de inversiones necesarias y, de hecho, prosperan las franquicias de otros rubros, como alimentos y blanquería. Sin embargo, el Colegio ha inhabilitado el avance de marcas internacionales y de redes inmobiliarias como Red Like Entre Ríos.

Mientras tanto, Armándola –envuelta desde hace meses en una crisis institucional que hace peligrar su continuidad– mantiene su discurso antifranquicias. “Las franquicias son modelos puramente comerciales que buscan extraer capital y no generar comunidad. Por eso decimos que las profesiones no se franquician”, dijo hace unos meses, en línea con el discurso de diversos dirigentes que se resisten a los cambios en la industria.

De todos modos, en relación con su participación en Expo Real Estate, aseguró: “Queremos que la provincia esté en la vidriera para atraer capital e inversiones genuinas”. La resistencia a permitir el ingreso de empresas que prestan servicios inmobiliarios complementarios parecen contradecir sus dichos y chocan con los deseos del gobierno entrerriano, que necesita de esas empresas interesadas en invertir, para que Entre Ríos deje de ser la “hermana pobre” de la Región Centro, como el propio Frigerio la ha denominado en distintas oportunidades.

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Redacción El Pueblo

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