La imagen de la Virgen Peregrina bendecida por San Juan Pablo II estará en el Cementerio Municipal de Concepción del Uruguay
Concepción del Uruguay. – Durante todo el mes de noviembre, los sábados y domingos, la imagen de la Virgen Peregrina, bendecida por San Juan Pablo II en 1980, estará disponible para la visita de los fieles en el hall de ingreso del Cementerio Municipal.
La presencia de la imagen forma parte de una iniciativa de la Diócesis de Gualeguaychú en el marco del Año Jubilar de la Esperanza, y busca promover un espacio de encuentro, oración y reflexión comunitaria.
Desde el 1° de septiembre, la Virgen Peregrina viene recorriendo distintas instituciones de Concepción del Uruguay, y durante este mes podrá visitarse en el Cementerio Municipal los fines de semana, incluyendo las fechas 8 y 9, y 15 y 16 de noviembre, en horario corrido.
Una historia que une fe y tradición
La historia de la Virgen Peregrina se remonta a 1979, cuando el entonces obispo Monseñor Pedro Boxler viajó a Roma en preparación del Congreso Mariano Nacional de 1980. Antes de su encuentro con el Papa Juan Pablo II, visitó Alemania, donde encargó a un artesano la confección de varias imágenes de la Virgen María que peregrinarían por la diócesis durante el año mariano.
De regreso en Roma, el Papa bendijo personalmente una de esas imágenes, que desde entonces recorre la región, convirtiéndose en símbolo de fe, esperanza y unidad espiritual.
“Invitamos a toda la comunidad a unirse a este emotivo momento de fe y alegría, donde la imagen de la Virgen Peregrina será protagonista en nuestro Camposanto desde este 1° y 2 de noviembre, fechas en las que también se conmemora el Día de los Fieles Difuntos”, señalaron desde la Municipalidad.
El Día de los Fieles Difuntos: memoria y reencuentro
El Día de los Fieles Difuntos, conocido popularmente como el “Día de los Muertos”, es una tradición profundamente arraigada tanto en la cultura católica occidental como en las costumbres originarias de América Latina.
Según registros del Vaticano, la conmemoración se institucionalizó en el año 998, cuando el abad Odilón de Cluny estableció el 2 de noviembre como jornada para recordar y orar por las almas de los difuntos en todos los monasterios bajo su autoridad.
En la actualidad, esta celebración adquiere diversas expresiones culturales. Mientras en México y parte de Latinoamérica se caracteriza por su colorido y ofrendas, en regiones del norte argentino persisten las tradiciones de preparar comidas y panes simbólicos —como las escaleras— para honrar a los seres queridos que partieron.
Memoria y comunidad en el Cementerio Municipal
Desde el Cementerio Municipal de Concepción del Uruguay, se impulsa además una propuesta que revaloriza la memoria y la historia local. En el hall de ingreso se exponen fotografías de ornamentación funeraria encontradas en el depósito del lugar.
“No sabemos de quiénes son ni cuándo fallecieron, pero tras exponerlas meses atrás, un familiar logró reconocer las pertenecientes a su abuelo y bisabuela. Más allá de lo que cada cultura practica este 1° y 2 de noviembre, de lo que se trata, simplemente, es de volver a encontrarnos”, expresó Guillermina Bevacqua, responsable del Cementerio Municipal.

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