Enersa: Superávit histórico bajo la lupa del tarifazo y la falta de inversión
Un informe del CEDMA señala que la distribuidora estatal acumuló más de $42.000 millones de superávit en 2024, pero advierte sobre el impacto social de las tarifas y la ausencia de un plan estratégico. Enersa se defiende y resalta su récord de inversiones.
Un informe recientemente publicado por el Centro de Estudio de Desarrollo Macroeconómico (Cedma), encabezado por el economista y ex secretario de Producción de Entre Ríos, Álvaro Gabás, puso bajo escrutinio los resultados financieros de la empresa estatal de energía Enersa. Según el documento, titulado “Enersa: Superávit récord a costa del tarifazo; sin devolución social”, la compañía cerró el ejercicio 2024 con un superávit superior a los $42.000 millones y pagó más de $15.000 millones en concepto de Impuesto a las Ganancias.
Sin embargo, el Cedma sostiene que estos logros contables fueron alcanzados a costa de un aumento tarifario del 393% que afectó duramente a los usuarios de la provincia, en un contexto de crisis económica. “El superávit de la empresa se construyó sobre el esfuerzo y el sacrificio de los entrerrianos”, denuncia el texto.
Gabás remarca que Enersa carece de un plan de inversiones visible, y cuestiona que “lejos de reinvertirse en obras, tecnología o programas de apoyo a sectores vulnerables, los excedentes se mantienen como inversiones financieras inmovilizadas por $34.000 millones”. A su juicio, esto refleja una desconexión entre el rol social que debería cumplir una empresa pública y su actual comportamiento financiero. “Una empresa pública no puede operar bajo la misma lógica que una privada. Su razón de ser no es la rentabilidad financiera, sino la mejora de la calidad de vida de la población”, sostiene el informe.
El Cedma también advierte sobre las consecuencias distributivas del tarifazo: “mientras las familias ajustan sus consumos y los sectores productivos enfrentan mayores costos, Enersa acumula excedentes financieros”. Asimismo, critica la falta de articulación estratégica con el sector productivo, la escasa incorporación de energías renovables y la falta de previsibilidad tarifaria.
La respuesta de Enersa: “No sobra la plata, hay inversión”
Las críticas no tardaron en recibir respuesta. El presidente de Enersa, Uriel Brupbacher, salió al cruce y defendió enfáticamente la gestión de la empresa. En declaraciones públicas, apuntó contra la gestión anterior: “Quienes llevaron a Enersa a ser tapa nacional por su mala administración y por hechos de corrupción que hoy investiga la Justicia, ahora pretenden dar lecciones de eficiencia y transparencia”.
Brupbacher afirmó que la empresa mantiene congelado el Valor Agregado de Distribución (VAD) desde hace más de un año y, sin embargo, lidera en inversión y eficiencia. “Cada peso en Enersa se convierte en obra para los entrerrianos. No nos sobra la plata: lo que tenemos es planificación y una demanda energética récord que exige estar a la altura”, aseguró.
Según el presidente de la empresa, lejos de estar “ociosos”, los recursos generados se destinan a infraestructura, mejoras en el servicio y expansión energética. Como ejemplo, mencionó que la demanda energética creció un 12% en junio de 2025 respecto al mismo mes del año anterior, y la potencia operada aumentó un 19%. “Históricamente le comprábamos energía a Santa Fe. Hoy, gracias a las obras que hicimos, les estamos vendiendo. Esa es la diferencia entre improvisar y gestionar”, subrayó.
También enfatizó que Enersa ofrece “la energía más barata de la Región Centro” y tiene una de las mejores tasas de respuesta ante contingencias del país. “Hoy no hay plata que sobre. Hay un gobierno que invierte lo que durante dos décadas no se invirtió”, concluyó.
Una discusión de fondo: ¿para qué sirve una empresa pública?
El informe del Cedma y la réplica de Enersa reabren el debate sobre el rol de las empresas públicas en contextos de crisis. ¿Deben priorizar la autosustentabilidad financiera o volcar sus recursos en garantizar el acceso y la equidad en el servicio?
Mientras el Cedma advierte sobre el peligro de convertir a Enersa en “una financiera encubierta”, la conducción actual insiste en que los recursos se están utilizando para transformar el sistema eléctrico de Entre Ríos. La tensión entre eficiencia financiera y función social vuelve a ponerse sobre la mesa, con la tarifa de luz como símbolo de un conflicto más profundo: el de la distribución del esfuerzo y los beneficios en tiempos de ajuste.
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