Sergio Dezorzi y el real estate con ADN agropecuario
Es emprendendor agropecuario y lidera un modelo que permite a los productores convertir su cosecha en una inversión inmobiliaria.
Desde su lugar de productor y consultor, impulsa una solución concreta para las nuevas generaciones del agro: canjear granos por casas o tierras. “Hay que adaptarse o quedarse
atrás”, sostiene.
Sergio Dezorzi es Licenciado en Administración Agropecuaria, emprendendor agropecuario; y lidera un modelo que permite a los productores evitar retenciones impositivas y convertir su cosecha en una inversión inmobiliaria. Tecnología, planificación y visión de largo plazo.
¿Cuál es la clave de tu éxito?
No lo considero éxito; solo que lo que hago siempre lo realizó con pasión, profesionalismo y formando buenos equipos, sin ellos, uno no podría llegar a los objetivos. Tal vez por ello, en cada uno de los emprendimientos realizados a pesar de los vaivenes económicos y políticos de donde desarrollé mi profesión pude evitar quebrantos, lo mismo me ocurrido en el tema laboral y profesional como Administrador, Auditor y especialista en Control de Gestión agropecuaria en todo el país y en varios países del extranjero donde he tenido grandes
satisfacciones; y de todas ellas me he ido por la puerta grande. La verdad no sé
si me ha ido bien pero estoy satisfecho, porque he podido hacer lo que me
gustaba, y para ello me eduqué y formé.
Contanos un poco sobre esta nueva faceta. ¿Cómo pasas de emprendedor
agropecuario a emprendedor inmobiliario?
Ante todo, sigo siendo emprendedor agropecuario. Pero en el año 2023 me invitan a realizar una exposición en una empresa inmobiliaria en Buenos Aires y doy una charla sobre bienes raíces rurales, cómo nos ve el mundo, cómo está posicionada la Argentina con respecto a otros países del mundo, cómo nos ven a los productores, y la diferencia de precios de la tierra con respecto a otros países productores del mundo. Y sobre todo cuál es mi visión a futuro del real estate rural en la Argentina.
A partir de ahí, los escenarios fueron cambiando y un día me ofrecen ser parte de esta empresa y como mi visión es positiva y comenzaba a comprender el rubro Inmobiliario, me sumé.
¿Te costó decidirte?
Bueno, la verdad que lo pensé un poco. En ese momento por una cuestión de salud estaba bastante quieto en cuanto a viajes y esto requiere atención y responsabilidad, así que me di la oportunidad de intentarlo y acepté. Hoy somos parte de esta empresa con una muy buena oficina en Buenos Aires, dotada de todas las tecnologías disponibles, con Inteligencia Artificial adaptada al negocio inmobiliario, Sofware para el estudio de suelos, de agua, profundidad de napas y seguimiento satelital que nos permite ver la evolución (o involución) de un campo durante los últimos 20 años.
¿Hoy siguen siendo una inmobiliaria de campos o traen alguna innovación?
No, en realidad esto nace en una inmobiliaria urbana y sigue siéndolo; pero a partir de mi incorporación y un equipo de profesionales comenzamos con una nueva unidad de bienes raíces rurales.
A raíz de repetidas crisis económicas e impositivas el negocio de los bienes raíces rurales en los últimos años ha estado bastante complicado, somos uno de los pocos países en donde una casa que puede ser tu hogar o un campo que se convierte en una fábrica productiva se paga de contado y por la camisa que usamos tenemos 12 cuotas, la falta de créditos y seguridad en las reglas de juego es todo un desafío que está por delante.
Recuerdo que estábamos nuestra sucursal de la zona Obelisco en Buenos Aires y pensamos cómo traccionar la ciudad con el campo y el campo con la ciudad. A partir de ahí comenzamos a trabajar sobre una idea que tengo desde hace mucho tiempo, que es la posibilidad del CANJE DE GRANOS por metros cuadrados, ya sea un departamento, una casa, un bien rural o una inversión en un desarrollo inmobiliario a futuro. Trabajamos durante más de un año para poder lograrlo porque requeríamos de algunos cambios de reglas, hoy logradas.
Esa idea que nos cuentas que tenias hace años, ¿cómo surgió?
La idea surge de la realidad y necesidad, hoy somos alrededor de 260.000 productores en el país, un 20% son inversiones en tierras como resguardo de capital y el 80% de las empresas agropecuarias son empresas familiares, de las cuales el 60% ya son de terceras, cuartas y quintas generaciones. Como la familia se agranda, por las herencias la tenencia se va achicando y muchas veces no alcanzan -por su superficie- a ser unidades económicamente
productivas. La rentabilidad si la hay es menor por el cual tenemos miles de productores jóvenes y no tan jóvenes, que no pueden acceder a una vivienda.
A partir de esta realidad comenzamos, consultando con especialistas en el tema de diversas áreas, sobre todo legales e impositivas y hoy hemos logrado hacer un muy buen negocio con KEYAGROCANJE, que es el canje de granos por metros cuadrados o por viviendas urbanas o rurales.
¿Trae algún beneficio adicional? ¿Me pregunto por qué usar KEYAGROCANJE para la compra de una vivienda?
Sí, claro que trae muchos beneficios al productor. Si vos vendes granos para comprar una propiedad, estás pagando la retención de IVA, te están descontando la retención de ganancias, ingresos brutos en todos los casos y el 1,2% por el impuesto al cheque o a los débitos y créditos. Si es un canje de granos por metros cuadrados, el productor se puede ahorrar, de acuerdo a su posición en el SISA (Sistema de Información Simplificado
Agrícola), entre el 7% y el 22%.
Si tuvieras que decirle algo al Sergio que recién se iniciaba en la actividad,
¿qué le dirías con todo lo que sabes ahora?
Seguí aprendiendo, porque todos los días se sigue aprendiendo, todos los días aparecen nuevas tecnologías, nuevas formas de producir, nuevas formas de pensar y si no nos adaptamos podemos Fracasar, y esa palabra no me la permito.
Por último, ¿qué te genera ver los animales como vacas y caballos en el
campo?
Una satisfacción enorme. Ver nacer un ternero, un potrillo un borrego o un cachorro no tiene precio al igual que ver nacer una planta, un cultivo. Son seres vivos, con sus tiempos biológicos que debemos cuidar y respetar.
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