Mil Amores: el sueño de la casa propia comienza a hacerse realidad
En su 4º aniversario, la Asociación Civil Mil Amores recibió, por parte de una familia de nuestra ciudad, la donación de dos lotes en Corrientes al 900, que serán destinados a la construcción de un centro recreativo para personas con discapacidad.
Estos días no son como todos para los integrantes de Mil Amores. En realidad, en “la casita de todos” no hay un día igual a otro, todos son un paso adelante en la vida de cada uno de los que allí transitan. Pero esta semana, en el marco del 4º aniversario de su creación, la Asociación Civil Mil Amores recibió una enorme donación -tanto por su valor económico por el gesto de generosidad- que le permite acercarse un poco más cumplir un gran sueño.
Es que la familia de Guadalupe Pepey decidió donar dos lotes ubicados en Corrientes al 900 para que allí pueda comenzar a edificarse la casa propia de Mil Amores, el centro recreativo en el que las personas adultas con discapacidad aprenden, disfrutan y crean vínculos de amistad y compañerismo.
El acto formal por medio del cual la familia Pepey-Arabí hizo entrega de su donación se realizó el pasado martes, en la escribanía de la Dra. Lucía Federik, quien también de manera desinteresada acompaña profesionalmente a la Asociación Civil desde sus primeros pasos, allá por 2001.
Estuvieron presentes los papás de Guadalupe; Verónica Blanco, presidenta de la Asociación; José Luis Raota, padrino de la Asociación; talleristas, familiares de los chicos que asisten a Mil Amores, y uno de ellos, Carlitos Villagra, quien al finalizar el acto leyó una hermosa carta de agradecimiento.
La familia Pepey-Arabí le expresó a Verónica, y en nombre de ella, a toda la Asociación, su gratitud por todo lo que hacen desde hace cuatro años en pos del bienestar y la sociabilización de las personas adultas con discapacidad, y señalaron que este gesto era una pequeña manera de devolver todo lo que Mil Amores da. También le remarcaron que tomaron la decisión teniendo presente la “confiabilidad y la transparencia” con la que se ha manejado la Asociación a lo largo de estos años.
Vero agradeció profundamente a la familia de Guadalupe por su enorme gesto, a los socios y allegados por su permanente aporte, a las familias presentes por acompañar un momento tan especial, al padrino su incondicionalidad, a los profes a cargo de los talleres por ponerse al hombro el equipo siempre, a su hija María Cecilia por su tarea fundamental en los inicios para poder darle carácter formal a la Asociación, y a la Municipalidad de Villaguay por su apoyo.
Luego de ello, hizo un agradecimiento especial a todos los “colaboradores silenciosos” de Mil Amores: profesionales, empresarios, amigos, un gran número de personas que día a día contribuyen para que “la casita de todos” pueda estar siempre de puertas abiertas, y crecer de manera incesante, con cada vez más propuestas y también más metas por cumplir.
Por último, agradeció “al pueblo de Villaguay” por aceptar a Mil Amores desde el comienzo, por confiar en sus integrantes, por legitimar la iniciativa a través de su apoyo permanente, y por permitirse como comunidad ir abriendo espacios y conciencias, y hacer lugar “para todos”.
Mil Amores es una Asociación Civil que crece junto a una hermosa banda de amigos que recorre las veredas de la ciudad, los gimnasios de los clubes, los eventos, personas con discapacidad que, de a poco y sin pedir permiso, comienzan a participar activamente de la vida social de la comunidad.
Esta banda ahora tiene su tierra, y espera ansiosa dar el próximo paso: construir su pequeña casa de corazón gigante, un sueño que seguramente se edificará una vez más con la ayuda y el apoyo los villaguayenses.
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