Emilio Berisso: poeta, crítico literario, dramaturgo
Poco se sabe de él, y sin embargo, su nombre figura en importantes colecciones de dramaturgia y antologías poéticas modernistas de principios del siglo XX. Para los villaguayenses, es el nombre que lleva uno de sus lugares más queridos, que forma parte de su patrimonio histórico, arquitectónico y cultural: el Cine Teatro “Emilio Berisso”.
Emilio Berisso fue poeta, crítico y dramaturgo. En su nota “Labrador de la
ternura”, publicada en Análisis en 2021, cuenta Roberto Romani que nació en
Buenos Aires, el 18 de enero de 1878, y que “se asomó de niño a la maravilla
de los campos bajos en La Conchera de Flores, establecimiento de su padre
que se erige orgulloso en el sur de la provincia de Entre Ríos, lugar donde
observó gestos y actitudes de pobladores isleños que luego reflejaría en su
dramaturgia”.
Según una recopilación de datos hecha por un equipo de trabajo del
Cementerio de la Recoleta, su padre fue Juan Berisso, de origen italiano, quien
fuera fundador del pueblo homónimo próximo a la ciudad de La Plata, provincia
de Buenos Aires.
Esta misma investigación recupera el dato de que publicó a los 15 años su
primera poesía, “El Payador”, y que fue un alumno distinguido en el Colegio del
Salvador. Lo describen como un lector infatigable, que dominaba varios
idiomas.
Su labor poética se identificó claramente con el modernismo, y aunque no se
conocen muchos de sus textos, el soneto “Spleen” es uno de los que puede
encontrarse en la web, porque fue años después objeto de controversia con un
soneto de un colega ecuatoriano. Algunos de sus libros se mencionan en el
catálogo de la Biblioteca Nacional, y también unos pocos textos figuran en un
par de antologías de autores modernistas de principios del siglo XX. Según
Romani, figuras de la talla de Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Belisario
Roldán y Joaquín Castellanos “saludaban entusiasmados su producción
poética, reunida en el libro A la vera de mi senda, en 1915”.
Su trabajo como dramaturgo tuvo un poco más de difusión, y cobró particular
relevancia por una obra teatral que por aquellos años cosechó buena fama:
"Con las alas rotas", un drama en tres actos estrenado el 31 de mayo de 1917
por el prestigioso Pablo Podestá y la entrerriana Camila Quiroga en el Teatro
Nuevo. Recuerda el cultor entrerriano que esto “lo convirtió en uno de los
autores más aplaudidos de su generación”. También fue autor de “La amarra
invisible”, estrenada en el Teatro Apolo de Buenos Aires.
Berisso también formó parte de La Quincena. Revista de Letras, una revista de
estética modernista que se publicaba a fines del sixlo XIX en Buenos Aires. Su
director, Guillermo Stock, un escritor poco conocido entonces y menos aún en
la actualidad, fue quien prologó su libro de poemas. La docente e investigadora
Soledad Quereilhac, en su trabajo “La ciencia entre los modernistas: La
Quincena. Revista de Letras (1893-1902)”, señala que “quienes tenían activa
participación eran Luis Berisso, definido en la revista como un auténtico
‘mecenas del arte’, y Emilio Berisso, un joven poeta y crítico, futuro dramaturgo,
que a veces firmaba como ‘Azrael’, y quien ejercía la dirección ante la ausencia
de Stock”.
Sobre su muerte, Romani relata que “Emilio Berisso se quitó la vida el 3 de
octubre de 1922, cuando escribía su novela En los esteros, dedicada a su
amigo Cesáreo Bernaldo de Quirós, producción que vio la luz cuatro años más
tarde con prólogo de Martiniano Leguizamón”.
Desde entonces, sus restos descansan en la Recoleta, y su imponente bóveda
puede encontrarse “al ingresar a la segunda calle a la izquierda del camino
central. El constructor fue Juan B. Solar. Dos leones domados flanquean la
entrada. Desde la antigüedad el león simboliza el valor. Además, a ambos
lados, hay dos esculturas o alegorías firmadas por Biggi. La bóveda es circular,
formando el contorno superior arcos de medio punto y abajo barandas de
balustre. El altar de madera dorada a la hoja, en cuyo frente se halla un cordero
con banderín negro como símbolo de la Resurrección”.
Su vínculo con Villaguay
En 1946, Zulma Berisso de Ronconi, hija del autor e incansable promotora de
la cultura, encargó a Miguel Ángel Amoroto el proyecto y la construcción de una
sala de espectáculos, cine – teatro, en homenaje a su padre y en
agradecimiento a Villaguay, ciudad por la que tenía mucho afecto.
Ubicado en San Martín 538, el Cine Teatro se inauguró en 1949, y era entonces
la sala más grande de Entre Ríos, con una capacidad de 1.200 butacas
instaladas y un escenario para la presentación de obras teatrales.
La vida de Emilio Berisso fue breve pero dejó una profunda huella, y su nombre
forma parte constitutiva de la identidad villaguayense. Al rescate de su
recuerdo, elegimos unas cálidas palabras de Roberto Romani: “Al final de la
lluvia, con el origen del otoño y el agua definiendo las islas, busqué los
rincones del silencio, donde Berisso estrenó el gesto del asombro. Sobre la
corteza de un centenario y florecido abuelo vegetal, grabé su nombre, para que
permanezca siempre, como en el viejo teatro de provincia, la eterna gloria de
su llama azul”.
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