El aeropuerto de Concordia y la oportunidad para Villaguay
No debiera ser algo tan lejano empezar a pensar la ciudad en conexion con el aeropuerto recientemente inaugurado
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La reciente inauguración del Aeropuerto Comodoro Juan José Pierrestegui en Concordia marca un antes y un después para el este entrerriano. Pero su verdadero impacto no se limita a esa ciudad ni al corredor termal: lo que está en juego es la transformación de la conectividad regional, una oportunidad que puede alcanzar —y mucho— a localidades como Villaguay, ubicada en el corazón de la provincia.
Con una inversión cercana a los 40 millones de dólares, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo, el aeropuerto fue completamente modernizado. Concordia pasa así a contar con una terminal aérea de nivel internacional, con pista ampliada, torre de control nueva y equipamiento de última generación. Pero el valor más importante de la obra no es la infraestructura en sí, sino la posibilidad de abrir una nueva puerta de entrada a Entre Ríos, con efectos multiplicadores para el turismo, la producción y el desarrollo local.
Villaguay, históricamente reconocida por su ubicación estratégica y su rol como eje logístico, educativo y cultural de la provincia, puede verse beneficiada de manera directa. La nueva conectividad aérea posiciona al centro entrerriano más cerca del país y del mundo: turistas, empresarios e inversores que lleguen a Concordia podrían desplazarse en menos de dos horas hacia Villaguay, ampliando la circulación de visitantes y el radio de oportunidades para emprendimientos turísticos, gastronómicos y comerciales.
Este nuevo escenario exige una mirada regional. La provincia no puede pensar su desarrollo turístico en compartimentos estancos. Concordia tiene ahora la infraestructura; Villaguay, en cambio, ofrece la centralidad geográfica, la tranquilidad, la oferta educativa y el potencial para el turismo rural y de naturaleza, además de una creciente red de servicios y alojamientos. La combinación de ambos factores puede ser determinante para posicionar a Entre Ríos como un destino integrado, donde cada ciudad cumpla un rol en la cadena de valor del turismo. Solo hay que aprovecharlo.
El desafío está en articular políticas y estrategias conjuntas. El aeropuerto puede atraer más visitantes, pero es fundamental que existan propuestas que los retengan en la región: rutas turísticas, festivales, experiencias rurales, circuitos gastronómicos o culturales que incluyan a Villaguay como parte del recorrido. En ese sentido, la ciudad puede y debe aprovechar su ubicación privilegiada para convertirse en nodo de distribución hacia los distintos destinos entrerrianos.
La conectividad aérea, además, puede fortalecer otro tipo de actividades: encuentros profesionales, turismo educativo, congresos, ferias y eventos que hoy requieren mayor accesibilidad. Villaguay, con su infraestructura urbana, su identidad de “corazón de Entre Ríos” y su cercanía a todos los polos de la provincia, está en condiciones de asumir ese rol si logra vincularse activamente con el nuevo mapa de conectividad.
Por supuesto, el impacto no será automático. Requerirá planificación, promoción y, sobre todo, cooperación entre el sector público y privado. Si cada localidad trabaja de manera aislada, como hoy, la oportunidad puede diluirse. Pero si se construye una estrategia común, donde el aeropuerto de Concordia funcione como puerta de entrada aérea y ciudades como Villaguay como centros de experiencia y permanencia, Entre Ríos podría dar un salto cualitativo en su desarrollo turístico.
En definitiva, el desafío no es que lleguen vuelos, sino que esos vuelos traigan oportunidades. El aeropuerto de Concordia puede ser el punto de partida de un nuevo tiempo para el turismo entrerriano, y Villaguay —por su ubicación, su gente y su potencial— puede convertirse en una pieza clave de ese futuro. Lo importante es entender que la conectividad no solo se mide en kilómetros o pistas: también se mide en proyectos compartidos, visión regional y capacidad para pensar más allá del propio territorio.
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